Calle Larios, Museo Carmen Thyssen y Café Central. Málaga

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La calle Marqués de Larios, también conocida como Calle Larios, es una calle decimonónica que debe su nombre a Manuel Domingo Larios y Larios, II Marqués de Larios. El primer proyecto de apertura de la calle partía, como ahora, desde la Plaza de la Constitución, pero discurría por las calles Toril, Salinas, Desengaño (actual Strachan), Plaza del Obispo, Sancha de Lara y San Juan de Dios.

El 1 de mayo de 1880, el Ayuntamiento hizo públicas las bases de una sociedad anónima para promover la construcción de la calle. El capital de la misma se fijó en un millón de pesetas, que se distribuyeron en cuarenta acciones de 25.000 pesetas cada una, y que fueron adquiridas por la familia Larios en su mayoría, haciéndose ésta cargo del proyecto. La calle sería inaugurada el 27 de agosto de 1891.
El museo Carmen Thyssen se aloja en el Palacio de Villalón, y además aprovecha varios inmuebles contiguos como espacios expositivos, salas y despachos. Fue inaugurado el 24 de marzo del 2011. El edificio principal es un palacio renacentista del siglo XVI, el Palacio de Villalón, situado en la calle Compañía del centro histórico, a pocos metros de la Plaza de la Constitución, que había sufrido transformaciones para adaptarse a los gustos de las diferentes épocas, pero que fue recuperado en su diseño original para su actual función museística. Las instalaciones comprenden, además de las salas de exposición dedicadas a la Colección Thyssen, la sede de su fundación, una biblioteca, salas para muestras de carácter temporal, aula didáctica, salón de actos, la tienda del museo, la sección de restauración y una sala de exposición arqueológica.

La actual planta del Café Central es la unión de tres cafés centenarios, el Café Suizo, que estaba ubicado en la esquina de la Plaza de la Constitución con Calle Santa María y era muy pequeñito, el Café Múnich que ocupaba el lugar que hoy en día ocupa nuestra bodeguilla en el recoleto Pasaje de Chinitas y que fue coetáneo al mítico establecimiento al que García Lorca dedicó su poema “En el Café Chinitas” y del que se han hecho multitud de versiones cantadas. El ambiente que se respiraba en el Café Múnich era similar al mencionado, con multitud de tertulias sobre flamenco y toros. Entre ambos se situaba el Café Central el cual era un bar estrecho con un salón al final.

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